Corea del Norte ha padecido una sucesión de dictadores desde el final de la guerra con el sur en la década de los años 50.
Ironías históricas, los comunistas cuestionan a las monarquías occidentales, pero este régimen asiático ha funcionado como una verdadera dinastía.
Es un asunto de familia y la sucesión ha pasado de abuelo al padre y ahora al hijo, Kim Jong-un, quien desde 2011 dirige uno de los peores estados totalitarios de la historia universal.
El historial sobre derechos humanos del gobierno de Kim Jong-un es calificado como “desastroso” por parte de los entes internacionales.
Corea del Norte y su prontuario
La ONU adoptó recientemente una resolución que refuerza la investigación de las*violaciones de derechos humanos, tanto pasadas como vigentes, del gobierno totalitario norcoreano, tales como:
- Campos de prisioneros políticos: Han sido escenario de abusos generalizados, como tortura, trabajos forzados y violencia sexual.
- Secuestros internacionales: El régimen norcoreano ha estado involucrado en secuestros de ciudadanos extranjeros.
- Persecución religiosa: Creyentes religiosos y personas que intentan huir del país enfrentan persecución.
- Impacto de la pandemia: La crisis humanitaria y de derechos humanos se ha agravado tras la pandemia del Covid-19.
A lo anterior se añade la ausencia total de libertad de expresión, medios de comunicación plurales y oposición política.
Además, carece de un sistema que abra las puertas a la alternancia en el poder de tendencias diferentes.
La dinastía del horror
En resumen, Kim Jong-un mantiene esta terrorífica tradición familiar de más de 70 años.
El horror a lo interno se magnifica con una situación de tensión permanente a nivel internacional por la amenaza de su arsenal nuclear.
El más joven de los tiranos comunistas del siglo XXI tiene este prontuario con apenas 40 años de edad.