Daniel Ortega Saavedra logró, irónicamente, más poder con los malabarismos legales que mediante el uso de las armas.

El más viejo de los dictadores socialistas va rumbo a los 20 años de dominio absoluto en Nicaragua; un lapso mucho mayor que cuando derrocó a Anastasio Somoza con la llamada Revolución Sandinista.

Ortega es Presidente desde 2007. Su regreso al Ejecutivo ha sido calificado por propios y extraños como una etapa más oscura que cuando abrazó abiertamente las ideas marxistas en los 70 y 80.

Bajo el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua han ocurrido graves violaciones a los derechos humanos.

Amnistía Internacional documentó un “continuum de represión” que ha afectado a la sociedad nicaragüense. Algunas de las principales tácticas utilizadas por el gobierno incluyen:

1. Uso excesivo de la fuerza: Las fuerzas policiales, a menudo en coordinación con grupos parapoliciales, han realizado miles de detenciones arbitrarias utilizando armas letales en contextos no autorizados por el derecho internacional. Esto ha resultado en la muerte de cientos de personas, algunas de las cuales se consideran ejecuciones extrajudiciales.

2. Criminalización injusta: Se han utilizado “leyes penales” para silenciar a activistas, disidentes y defensores de derechos humanos.

3. Ataques contra la sociedad civil: El gobierno ha operado para cerrar gradualmente el espacio cívico, limitando la libertad de expresión y la protesta pacífica.

4. Exilio forzado: Personas críticas al gobierno han sido forzadas al exilio. Estas prácticas han resultado en detenciones arbitrarias, tortura, desapariciones forzadas y privación arbitraria de la nacionalidad.